Espiritualidad

s. María Elena Febres-Cordero Briceño
Preceptora General


Jesus Jose y Maria

Athletae Christi nace la noche de Navidad del 2000. Su espiritualidad propia es tomada del ejemplo de los Pastores de Belén, modelos de humildad y sencillez, para la labor de seguir anunciando que el Niño Glorioso del Portal de Belén, hoy se encuentra en el Sagrario.

 Las Bienaventuranzas son el faro que guía la barca de los Atletas de Cristo, para tomar parte activa, consciente y responsable en la misión de la Iglesia, “Remar mar adentro” y echar las redes para pescar: “Duc in Altum”.

Los Atletas de Cristo, conscientes de lasrealidades y los retos del tiempo en que les toca vivir, asumen su misión de evangelizar en lugares de periferia con disciplina, en pos de la santidad en lo ordinario, “una corona que no se marchita”.

Esforzándose por vivir como Familia, encuentran en las enseñanzas de la Primera Comunidad Cristiana, el modo de acrecentar y compartir su vocación de servicio e invitar a otros a la mesa del Señor.


Los Athletae Christi tienen dos grandes devociones, dos grandes amores:
la Eucaristía y la Santísima Virgen.


En el Sí total que dio la Virgen María al Creador, los Atletas de Cristo contemplan el modelo de su propia entrega al Señor. De la Virgen aprenden a unirse por la fe, la esperanza y la caridad, a la Santísima Trinidad.

El testimonio de los santos, sus virtudes y obras, complementan la espiritualidad de los Atletas de Cristo. Por ello, La Asociación tiene santos y beatos modelos que son considerados para tomar conciencia de su vigencia en la vida cotidiana de los fieles, llamados a ser discípulos misioneros en el tercer milenio de la era cristiana.

Movidos a buscar siempre la mayor gloria de Dios en virtud de su incorporación a Cristo por el Santo Bautismo, los Athletae Christi emiten, una vez alcanzada la madurez espiritual, la Promesa de Fidelidad a la Iglesia, en respuesta al Amor del Padre que les invita a la entrega libre y total a Él.

Búsqueda sincera de la Santidad

    

 

La búsqueda de la Santidad es anhelo diario y constante de todo Athleta Christi. Su espiritualidad abarca dos aspectos importantes, la doctrina teológica y la vivencia cristiana, para integrar, de modo coherente, doctrina y vida, principios y experiencia.  Por consiguiente, el Athleta Christi procura ser coherente en el pensamiento, la palabra y en la acción, esforzándose en vivir constantemente en gracia de Dios, gracia que posibilita tal coherencia.