La vocación y fidelidad al Carisma propio, llevan al Athleta Christi a la búsqueda sincera de la Santidad. Sin Santidad es imposible alcanzar los logros en el apostolado y la solidez de la Asociación. La labor pastoral será más rica en la medida en que se tenga como meta la santificación personal e institucional:
“Al fin de nuestras vidas, queremos decirle a Cristo, Alfa y Omega, dueño del tiempo y de la eternidad, que a Él hemos querido cantarle con nuestras vidas, ayer, hoy y siempre. A Él, misericordia infinita, imploramos que todos los Athletae Christi, y todos los que se nos han confiado, estemos junto a Él, los Ángeles y los Santos, por toda la eternidad.”